Mi embarazo va estupendamente. Después de las habituales molestias del primer trimestre y la tranquilidad del segundo, encaro la recta final con impaciencia y felicidad.
Al margen, tengo una nueva preocupación vital que se resolverá en una semana...
No se si lo he comentado con anterioridad pero hago queloides en las cicatrices del pecho, sí, eramos pocos y parió la burra. Hasta ahí bien porque del tema estético hace tiempo que paso pero si empiezas a notar demasiado volumen en una de las cicatrices hasta hacerte pensar que más que cicatriz es bulto...ahí ya cambia la cosa.
Así llevo un tiempín. Angustiada a diario, comiendome la cabeza en la ducha, convenciendome de que no es nada, llorando por las noches, queriendo ir al médico y a la vez sin atreverme a ir.
Hasta ayer.
Me fui a mi oncóloga y después de mirarme y tocarme me dijo que según su criterio no es más que la propia queloide, que no me preocupara pero que no obstante me mandaba a dermatología a que me hicieran un punch.
Así que un ratito después estaba acostada en un quirófano para que me hicieran el tal punch, que viene siendo una biopsia con su bisturí y sus punticos (¿cuantos llevaré ya?).
Tengo cita para los resultados el próximo viernes 28 así que de nuevo me encuentro en tensa espera. A ratos positiva y a ratos aterrada.