REPLANTEAMIENTO BLOGUERIL

Cuando hace unos meses decidí empezar con este blog, en un principio pensé que no entraría ni el kiko; a penas unas visitas de algunos familiares y amigos. Con eso me bastaba, con poder desahogarme a través del relato de mi experiencia con el cáncer. Con anterioridad, yo misma había encontrado refugio y apoyo en otros blogs de gente en situaciones similares a la mía.
Poco después decidí que yo continuaba siendo Sara, algo más que una enferma de cáncer, así que, porque no hablar también de mis gustos y aficiones; la moda, el maquillaje,...
Casi sin darme cuenta me encontré hablando de mi vida personal, de temas de actualidad y en ocasiones de polémicas de nuestra sociedad.
Milagrosamente, lo que empezó siendo un diario personal, se convirtió en un lugar con muchísimos seguidores y miles de visitas, mucho más de lo que jamás hubiese imaginado.
Siempre que he hablado con los míos de este lugar, he comentado las alegrías que me daba, la gente tan maravillosa que había encontrado y lo feliz y apoyada que me sentía.
Obviamente, al exponer tu vida publicamente, una debe asumir que está igualmente expuesta a la crítica. Yo siempre fui consciente de esto.
La crítica, si es constructiva, te enriquece. Si es ofensiva, es una vergüenza para el que la hace.
En mi anterior post, hablaba con ilusión de mi reconstrucción, de como está yendo y de lo contenta que estoy de que por fin todo vaya saliendo bien. He recibido el cariño de muchas de vosotras, pero también he sido insultada y ofendida.
Parece mentira que haya gente que pueda tener tan poquísimo respeto y mucha menos educación, además de un criterio propio de una niña chica.
Se que no soy la única a la que le pasan estas cosas, estoy harta de entrar en blogs amigos y ver como hay personajes que tienen el atrevimiento insultar, por supuesto siempre escudados tras el anónimo.
En fin, que verdaderamente me replanteo mi permanencia en este lugar. Sinceramente, a mi edad y a estas alturas, no tengo ganas de lidiar con niñatas aburridas y acomplejadas en polémicas de guardería.
Otra medida sería moderar los comentarios pero me daría mucha pena llegar a ese punto, me gusta la espontaneidad y la censura no va conmigo, pero parece que es la única forma de acabar con estas cosas.