LAS GAFAS DE VER LA VIDA

Hay gafas optimistas, gafas irresponsables, gafas oscuras, gafas perezosas,... y, finalmente, gafas mal graduadas.
Hace ya algún tiempo que me di cuenta que antes de mi experiencia con el cáncer yo llevaba unas gafas mal graduadas que me impedían ver la realidad.
Afortunadamente me he desecho de esas estúpidas gafas y he descubierto lecciones vitales que me acompañaran el resto de mi vida:
- Me he dado cuenta que soy jodidamente fuerte y que puedo con lo que se me ponga por delante. Soy una guerrera!!
- Que había estado perdida durante 25 años en cosas vanales, estúpidas y vacías y que es maravilloso desprenderse de todo eso y averiguar por fin cual es tu sitio en la vida.
- Que debo ser mucho más egoista y no entregar todo lo bueno que tengo a cualquiera, quizá más selectiva.
- Que la familia es lo mejor que uno tiene en la vida y particularmente la mía es cojonuda.
- Que uno tiene que ser ambicioso y tener inquietudes pero a la vez ser feliz con lo que tiene, disfrutarlo al máximo y sentirse afortunado. Lo contrario es ser un infeliz e insatisfecho de por vida, nada más triste...
- Que los verdaderos amigos se pueden contar con los dedos de una mano y que descubrir que algunos no lo son no es más que un alivio.
- Nunca te acuestes enfadado.
- Todo, hasta lo que no lo parece, tiene su lado positivo y es la experiencia y vivencia que te deja, lo que aprendes.

La verdad es que he aprendido muchísimas cosas más que ya os iré contando pero ahora quería compartir con vosotros una buena noticia. Con prudencia, quiero que sepais que Rubén ha mejorado algo!
Esta tarde he recibido la llamada del hospital, ya que las enfermeras tienen mi teléfono para avisarme ante cualquier cosa. La verdad es que como el número me es conocido, me he asustado mucho al ver la llamada pero he dado saltos de alegría al saber que Rubén había mejorado un poco su estado general, que sigue dormidito y que todo será muy lento pero que tira para arriba. Bravo, eres un campeón!!